¿Por qué debo ahorrar?
El ahorro es fundamental para el buen funcionamiento de la economía doméstica. Los ingresos en la economía del hogar normalmente son limitados (sueldo, intereses, etc.) y por eso es importante separar una parte para el ahorro porque los gastos sino tenderían a “comerse” todos los ingresos. El ahorro es necesario para que la estabilidad financiera del hogar se mantenga, permitiendo afrontar periodos de carestía (paro, reducción de sueldos, enfermedad, jubilación, etc.) y aprovechando los periodos de bonanza.
Hay muchas teorías de cómo debe ser el ahorro de una familia pero al final es una decisión personal el cómo debe realizarse. Algunas de estas teorías hablan de porcentajes fijos, por ejemplo entre un 10 y 25 % de los ingresos. La ventaja de este método es que se adapta a circunstancias cambiantes de ingresos, pues varía en la misma proporción. Otras teoría hablan de valores fijos de ahorro: 100, 500, 1000 €, etc. Este sistema permite prever el dinero que se va a ahorrar pero puede ser difícil mantener este plan en determinados momentos donde los gastos aumenten de manera inesperada o se reduzcan los ingresos. También existe la teoría de los valores fijos, pero adaptándolos a los ingresos, aunque esto es básicamente una mezcla de ambas que deja a criterio del ahorrador lo que se quiere ahorrar en cada momento.
¿Cuántos tipos de ahorro existen?
El "
ahorro base" es el ahorro más importante y debería ser el más grande. Se concibe como un grueso de dinero que a priori no se debe usar y que nos dará la seguridad para la gestión del resto y para hacer frente a cualquier situación que no se espere y que pueda afectar al bienestar familiar. Según la edad del ahorrador este ahorro se divide a su vez en 2, el "ahorro base normal" y el "plan de pensiones".
El primero, el "
ahorro base normal" tendrá que tener un objetivo de cubrir un tiempo determinado los gastos de la familia (hipoteca, comida, seguros, etc.). Se conoce como
libertad financiera el número de meses que se puede aguantar sin ingresos. El objetivo de este ahorro base será soportar unos 24 meses de los gastos habituales. Este ahorro lo gestionaremos con la mayor seguridad posible, sin arriesgarlo, por tanto se recomienda el depositarlo en cuentas de alto rendimiento y depósitos.
El segundo, el "
plan de pensiones" hay que entenderlo como una cantidad de dinero que se guardará en previsión a la bajada de ingresos que se produce en el momento de la jubilación y que nos permitirá mantener el nivel de vida en ese momento. A pesar del nombre, no se refiere a ningún producto financiero, es decir, no es un Plan de Pensiones del banco X, sino a
una reserva de dinero que no se va a tocar. Depende del ahorrador dónde y cómo quiere gestionarlo. El producto financiero Plan de Pensiones tiene la ventaja de que permite desgravar de Hacienda, pero el inconveniente de que al recuperarlo hay que hacer frente a los impuestos, los cuales pueden mermar considerablemente este ahorro. Otra opción, y a nuestro parecer mejor, es gestionarlo personalmente con depósitos. No se podrá desgravar de Hacienda y habrá que pagar los impuestos correspondientes al ahorro pero en el momento de necesitarlo no se perderá nada.
El segundo tipo de ahorro es el "
ahorro de inversión". Este ahorro
debería representar aproximadamente un máximo del 25% del porcentaje de ahorro total, es decir, si ahorramos con porcentajes y usamos el 10%, esto será realmente un máximo del 2,5% de nuestros ingresos. Según nuestros conocimientos financieros este porcentaje podría variar, pero hay que tener cuidado de no arriesgar en exceso este dinero que tanto cuesta ahorrar. Este tipo de ahorro se invertirá, como su nombre indica, para que genere una mayor rentabilidad que el típico deposito o las cuentas de alto rendimiento. Las opciones son varias: bolsa, inmuebles, negocios, etc. La recomendación en este caso es que cada uno lo haga en la clase de inversión en que se sienta más cómodo y del que tenga más conocimientos pero sin arriesgar.
Por último, el tercer tipo de ahorro es el "
ahorro de gastos esperados e inesperados". Este ahorro se realizará para cubrir en un futuro los gastos grandes que sabemos que vamos a tener (seguros de hogar, vida, coche, vacaciones, etc.). Funcionará del mismo modo que si pagásemos el gasto grande en mensualidades. El objetivo de hacerlo así es doble, por un lado el de tener el dinero disponible cuando el gasto llegue y que eso no suponga un sobreesfuerzo económico en el momento de hacer el desembolso y por otro lado el no necesitar de financiación externa lo cual nos ahorra los intereses de cualquier préstamo, por pequeño que sea, y nos genera los intereses que de este dinero hayamos podido obtener. Por ejemplo, si para vacaciones se solicita un crédito de 3000 €, tendremos que devolver entre un 15 y un 25% según la entidad que lo preste, lo cual supone entre 450 y 750 €, mientras que si lo vamos ahorrando poco a poco podemos obtener por él al menos 30 €, que puede no parecer mucho, pero junto a los intereses no pagados supone un ahorro total de 480 a 780 € .